lunes, 31 de enero de 2011

Sobreviviendo al frío

Una de las cosas que no echo de menos de Shanghai es que los pisos no tienen calefacción y que a pesar de tener un clima más benévolo, esto no exime de que en invierno, dentro de las casas haga un frío de pelotas y las mantas térmicas sean un must have si no quieres despertarte cual cubito de hielo por las mañanas.

Por política a nivel nacional, todas las construcciones al norte del río Yangtze deben ir provistas de calefacción central, pero al sur, que es dónde se encuentra Shanghai tienes que apañártelas como buenamente puedas. Es decir, con mantas eléctricas en la cama, radiadores de aceite y con el Aire Acondicionado… todo ello hace que en muchos casos, el poder calentar la casa se convierta en un privilegio que pocos pueden permitirse, ya que en una ciudad en la que el salario medio es de 2000 RMB/mes (un poco más de 200€), pagar 500 RMB de electricidad por culpa de la calefacción es todo un lujo del que se puede prescindir.

Por la contra, los que tenemos la suerte de vivir al norte, nos vemos beneficiados de vivir en ciudades que son unos auténticos sistemas de calefacción por sí mismos. Para que os hagáis una idea, imaginaos un edificio con calefacción central… Bueno pues cada planta del edificio sería como un distrito de la ciudad y cada piso, como un barrio y cada habitación como una zona residencial… todos ellos conectados a través de tuberías a una caldera, que en este caso es una minicentral en la el agua se calienta y distribuye a una temperatura de entre 70 y 90ºC a toda la ciudad.

Como os podéis imaginar esto tiene una gran ventaja y es que como el agua está pagada a través de impuestos que cobra el gobierno a través de todas las empresas de la ciudad (o al menos eso tengo entendido), es que en invierno en las casa se está realmente caliente.

Lo más normal es llegar a casa y sacarse las 4 capas de ropa que llevas para quedarse en ropa interior y camiseta, ya que de otra forma te asas de calor. También es muy típico que las casas (al menos a las que accedemos los extranjeros) cuenten con calefacción por suelo radiante, lo que es una autentica gozada.

Como contraprestación es que a pesar del frío, que puede alcanzar temperaturas de -35ºC varios días al año, es que el ambiente es increíblemente seco con todo lo que ello conlleva.
Uno de los aspectos más desagradables de la falta de humedad ambiental, es la facilidad con la que se producen descargas electrostáticas. Tocar cualquier cosa prácticamente sinónimo de chispazo y calambre. De hecho hasta me he acostumbrado a cerrar las puertas de los coches con el antebrazo, ya que si empujas las puertas con la mano, te llevarás tu correspondiente descarga eléctrica.

Otro de los problemas de la falta de humedad es que la piel se te cae a tiras, completamente reseca. Es por ello que el siguiente kit de supervivencia se hace imprescindible.


Crema de manos: De aplicación diaria, al menos 3 veces al día.
Crema de cara: De aplicación diaria… Yo me la pongo una vez al levantarme y otra vez al acostarme.
Protector labial: Más de lo mismo… Aplicar cuantas veces sea necesario para evitar acabar con los labios en carne viva.

Y ya por último otro de los artilugios que no puede faltar en cada casa que se precie es un humidificador de ambiente, ya que la sensación de despertarte y notar como si te hubiesen pasado una lija, entrando por las fosas nasales, llegando hasta tus cuerdas vocales y saliendo por la boca recreándose en la lengua y paladar, no es nada agradable.

A mí me tocó en herencia este simpático humidificador con forma de ranita.


Aunque, estando en China, los hay de infinitas formas y gustos


Aunque sin duda uno de los que más me ha gustado es el que he visto en casa de uno de mis compañeros de trabajo…