sábado, 29 de octubre de 2011

Cosas que odio

Lo más habitual es que cuando escriba en el blog lo haga para hablar o mostrar la parte más amable de vivir en China. Los viajes, el turismo y cosas del shock cultural que en el fondo me parecen graciosas, pero vivir en el extranjero es duro. Todos los días tienes que enfrentarte a pequeños retos y a veces no es facil lidiar una y otra vez con los mismos temas. 

Ultimamente cada vez que salgo de la ciudad odio más regresar. Ayer he vuelto de Shanghai y nada mas bajar del avión y ya me he puesto de mala leche. Parece que la gente se asilvestra nada mas tocar tierra y ayer, sin ir más lejos parecía que todo se pusiera a favor para mosquearme. Para darme la razón y seguir odiando el regreso a Harbin.

Primero ya dentro del avión la gente empujando para salir. Vamos, ni que por empujar mas vayan a abrir la puerta del avión antes. 

Segundo, es entrar en el aseo del aeropuerto y el tradicional coro de gente haciendo gorgojos y escupiendo como si se tratasen de sacar el estómago por la boca.

Tercero ya pensaba que me habían perdido la maleta... pero no, resulta que alguno de los individuos que me acompañaba decidió que tirarla al suelo en el espacio que queda dentro de la cinta transportadora estaría estupendo.

Y ya para dar por terminado el cúmulo de despropósitos. Cuando voy a salir de la zona de equipajes, mientras comprobaban las etiquetas un animal que se me coló delante a empujones acabó por darme un codazo inintencionado en la cara que me mandó las gafas a tomar viento, mientras mi occidental nariz de sonrojaba. Por supuesto ni siquiera miró para atrás o se disculpó. Aquí se me terminaron de hinchar las narices, en este caso metafóricamente, y no tuve más remedio que cagarme en su puta madre (también metafóricamente y en chino).

En ese momento si que sus oídos parece se apercibieron de mi presencia (cosa que su codo parecía no haber hecho) y se dio la vuelta a ver que pasaba, a lo que yo contesté con más improperios en español (que para algo es un idioma rico en ellos y en el que me manejo mejor que en chino) mientras a más de uno de los que nos rodeaban, personal del aeropuerto incluido, se le ponían los ojos como platos.

No quise saber más del tema y continúe caminado hasta la salida, no sin antes conseguir que otra señora con prisa, me volviese a embestir con su carrito portamaletas.


Es cierto que vivir en China es complicado, pero en Harbin todavía más. Cada vez que regreso a Shanghai es como el regreso a la civilización. Si antes pensaba que en Shanghai la gente no era espabilada, ahora alucino de lo eficientes que pueden llegar a ser. Por no hablar de la limpieza, etc... Siempre se dice que los Shanghaineses se creen mejores que el resto de los chinos y la verdad sea dicha, en el fondo tienen motivos para creerlo, por que al menos si demuestran estar a otro nivel social.


El único consuelo que me queda es que cada vez que salgo de Harbin me doy cuenta de lo "atrasada" que está la ciudad, de lo pueblo que todavía es y de lo mucho que les falta por recorrer y de que al menos yo, no me he asilvestrado completamente, por lo que aún queda algo de esperanza para mí.

lunes, 17 de octubre de 2011

Beer Garden

A pesar de tener alrededor de 10 Millones de habitantes, Harbin es en muchos aspectos un pueblo. O si lo preferís una colección de pequeños pueblos aglutinados que lo convierten en una macro urbe, pero únicamente en dimensión y tal vez en infraestructuras, pero en cuanto a servicios , ocio o ritmo de vida no deja de ser más que un pueblo grande. Cualquier ciudad en España con más de 300.000 habitantes tiene más vida que Harbin.

En invierno y por razones obvias como el frío o las pocas horas de luz disponibles durante el día la ciudad vive a otro ritmo, no es que la ciudad se pare ni mucho menos, pero la gente no sale mucho a la calle, los taxis escasean, los restaurantes, tiendas y centros comerciales cierran antes, si bien a pesar de lo que pudiese parecer a simple vista y muy en contra de lo que yo pensaba, todo el mundo sigue más o menos con sus quehaceres habituales solo que a un ritmo “de pueblo” tal y como comentaba en el primer párrafo.

Cuando llega el verano y el solete calienta la ciudad hasta los 30ºC el espíritu de los chinos, a los que en general les encanta hacer vida en la calle, sale a relucir. Todas las esquinas se llenan de puestecillos de barbacoas o comidas callejeras, donde los locales se atiborran a base de cervezas calientes y comidas de lo más variadas. Es también cuando en las zonas más concurridas y sobre todo en las transversales de la calle peatonal se instalan los “beer garden”, que a mí me recuerdan particularmente a los puestos de comida que se montan en todas las ferias gastronómicas de Galicia.



Alguno hasta lo hay con 2 plantas y construido con la típica estructura de metal pintada de verde mezcla entre ruso y chino que tanto abunda en la ciudad.


Una vez dentro puedes pasearte por todos los puestos de comida, para elegir lo que más te apetezca en el momento.


Todo tipo de pinchos, brochetas de carne o verdura para hacer a la brasa o a la plancha



Selección de mariscos variados. Almejas, cangrejos de río, navajas…


Aunque bueno, como yo soy poco amigo de experimentos culinarios, normalmente me suelo decantar por unos deliciosos “kebabs” al curry que cocinan algún emigrante del oeste de China.


Y para disfrutarlos, nada mejor que las enormes jarras de cerveza medianamente frescas, que no frías, que puedes comprar por 4 perras y que son lo que realmente le da nombre a este tipo de terrazas.


Si más no recuerdo, ese bidón cuesta alrededor de 15-20 yuanes. Vamos que un botellín de agua es bastante más caro en comparación.

Normalmente suelo se bastante cuidadoso con lo que como en China y a pesar de gustarme algunos de los platos que se pueden encontrar en algunos de los puestos callejeros que pueblan las esquinas, no me dejo cautivar por el primer plato que veo. Si eres atrevido y te gusta experimentar creo que los beer garden son un lugar bastante seguro para ello puesto que, sin olvidar que estamos en China y comiendo comida que se cocina en la calle, el aspecto general de casi todos ellos es bastante bueno.




Una vez terminada con la comida, lo mejor que se puede hacer es aprovechar el buen tiempo y unirse a los lugareños a pasear por la concurrida Zhongyang da jie - 中央大街 o Calle Central, que es uno de los spots turísticos de Harbin, ya que la arquitectura del lugar de influencia rusa no se puede encontrar en ningún otro lugar de China.




Desgraciadamente ya nos encontramos en Octubre y las temperaturas ya empiezan a estar por debajo de 0ºC durante la noche, por lo que salir a pasear se hace cada vez más y más duro, ya que las opciones de actividades al aire libre desaparecen a la misma velocidad que baja el mercurio de los termómetros y lo único que apetece es quedarse en el sofá con la mantita y el mando del DVD… Pero por lo menos, ya queda menos para el festival de hielo, pero ese será tema para otro post.



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